2.2.08

Okapi


No se tenían noticias en occidente de ésta especie hasta principios del siglo XX, hacia 1910.
El hábitat del okapi (Okapia Johnstoni) es reducido, por ello se encuentra en el UINC como especie vulnerable. Sólo es posible encontrarlo en los espesos bosque de Ituri, zona en el límite entre la República Democrática Del Congo (Okapi Wildlife Reserve) y Uganda. También se les ha observado en el Zaire.











Pertenece a la familia de los Giraffidae, también conocida como la de los jiráfidos. Tan sólo hay dos especies de ésta familia, la jirafa y el okapi. Son mamíferos artiodáctilos rumiantes que se distinguen por tener un revestimiento de piel en sus cuernos (muy duraderos), por no tener caninos superiores y tampoco falsas pezuñas laterales. Quizá la característica que más los identifica, como especie, a primera vista es el hecho de que sus extremidades posteriores son más cortas que las anteriores. Miden entre 2-2.1 m de largo y su altura hasta la cruz es de unos 1.5-1.7m. Su peso oscila entre los 210-250 kg.
















Lo que más llama la atención de éste peculiar animal es su coloración: principalmente de color castaño oscuro, son muy llamativas las marcas ralladas, blancas y negras, de sus patas, muslos y nalgas. Los machos tienen cuernos que crecen hacia atrás a partir del primer año de vida, las hembras carecen de ellos. Su lengua negro-azulada es muy larga y prensil al igual que la de la jirafa. Con ella recoge las hojas de arbustos y árboles de los que se alimenta. También come frutos, helechos y musgos.
















Son animales diurnos y solitarios, aunque en ocasiones se han observado pequeños grupos formados mayoritariamente por hembras que han permanecido juntos durante cortos períodos de tiempo. Los machos son territoriales y pueden enfrentarse a otros machos que intenten entrar en dichos territorios, en cambio las hembras pueden pasar de uno a otro sin problemas. Los machos marcan sus zonas mediante la orina que impregnan de una sustancia proveniente de sus glándulas odoríferas. También restrie
gan sus cuellos contra el tronco de algún árbol. Las hembras sólo lo hacen para dejar rastro de su presencia. Es extraordinario su sentido del olfato. En libertad son animales silenciosos, se cree que para evitar ser detectados por su principal depredador: el leopardo. En cambio en cautividad se ha observado que sus llamadas son de gran importancia para la comunicación madre-cría, así como en el cortejo.
En principio hembra y macho sólo convivirán durante la época de apareamiento. Su comportamiento durante este período sólo ha podido ser observado en cautividad. Durante el cortejo el macho da vueltas alrededor de la hembra, se olisquean y lamen mutuamente, como puede verse en el siguiente vídeo.



La gestación dura unos 440 días (entre 14 y 15 meses) tras los cuales nace el pequeño okapi que a los 20 minutos de nacer puede mamar y a los 35 min. es capaz de estar en pie y caminar. Para el nacimiento la madre se oculta en la selva y durante las primeras horas no se separará de la cría. Ocuparán el día en reconocer el terreno y encontrar un lugar lo suficientemente oculto y seguro. En él, el joven okapi, permanecerá escondido en una especie de nido. Pasará el 80% del tiempo sólo y su madre acudirá irregularmente a darle de mamar. Durante este tiempo apenas se moverá, no emitirá sonido y se ha comprobado que no defecan mientras están solos, para no dejar marca de olor que pueda advertir a sus depredadores de su presencia.

Las madres son muy protectoras y se han documentado casos en los que, al acudir a la llamada de socorro de la cría, ha sido muy agresiva con el atacante, dándose algún caso en que la hembra ha muerto en defensa del pequeño okapi. Las crías y las madres no se distinguen por el olor, así que el pequeño puede llegar a ser alimentado por otra hembra.
Durante unos 6 meses las crías permanecen escondidas, transcurrido éste tiempo acompañarán a sus madres, durante 1 año. Las hembras alcanzan la madurez sexual a los 2 años aproximadamente, los machos algo más tarde.
Los okapis prefieren altitudes de entre 500m y 1000m y recorren grandes extensiones de terreno para alimentarse.
Orden: Artiodactyla.
Para terminar, un vídeo del omnipresente YouTube.

1 comentario:

Ran Kirlian dijo...

Caray cuánta información sintetizada. Yo no tenía ni idea de que existía este animal, al menos ahora puedo decir que sé que existe. Mola este blog ;-)